La privacidad personal se encuentra desplazada en Brazil

La privacidad personal se encuentra desplazada en Brazil

En un universo futurista para la época de 1985, donde la burocracia gobernaba,  se establecía que el papeleo era la forma correcta y sin errores de manejar a una población que supuestamente se encontraba rodeada de “terroristas”.

            Terry Guillian en su producción  Brazil cuyo título es un término tomado de la famosa canción Aquarela do Brasil, escrita por el compositor Ary Barroso en 1939, y su traducción en inglés se escribe con "z" al final. Da a demostrar que la libertad de pensamiento se encontraba censurada. Algunos críticos revelan que la intención fue hacer un retrato satírico en la dictadura militar en Brasil, que estaba a punto de terminar en su fecha de lanzamiento.

            No obstante el largo metraje con una duración de dos horas y media se basa en el Ministerio de la  información y la incidencia que su forma de proceder tiene el control de la vida cotidiana de los ciudadanos, por lo tanto en aquella ciudad ficticia la privacidad personal se encontraba desplazada, nadie podía parpadear sin que el Ministerio los supiera. Es un rastreo bastante exuberante y a la vez asfixiante partiendo de los códigos y la numeración para cada persona  y movimiento que pueden hacer. La vida se basa solo en grises papeleos y rígidos reglamentos.

            También en ciertas escenas se evidencia el movimiento preferencial dentro de la política haciendo espejo a lo que comúnmente se le denomina como “palanca”, pues quien tuviera una de alguna forma podía agilizar el riguroso trámite. En un trasfondo más profundo dicha producción con lleva a la reflexión de ciertos lineamientos ya que nadie puede vivir como un robot siguiendo órdenes absurdas, la libertad hace ruido y eco dentro de las alucinaciones que presenta el protagonista.

            Esta película de culto a pesar de lo antigua aun deja mucho que pensar, en especial la situación en la que se puede encontrar actualmente una población, no necesariamente tiene que ser actual para marcar la realidad.