¿Impacta la televisión en la sociedad en general y en los individuos en particular?

El impacto de la televisión en la sociedad comenzó desde su creación, en 1900 cuando esta palabra fue usada por primera vez, las familias estaban emocionadas al ver a través de una pantalla a otras personas y transmisiones a blanco y negro, pero con el fin de entretener a los espectadores. Así como aún sucede, con la diferencia de que hay mayor variedad de programación y se visualiza la pantalla a color, ya que la tecnología incrementó diversos tipos de televisión. No obstante, México fue y aún sigue siendo gran pionero dentro de la evolución televisiva, su target mayormente apunta a las telenovelas, que en un principio fueron radio novelas y se trasladaron a la pantalla, así los fanáticos de estas historias dramáticas ya no tienen que imaginar cómo se desenvuelve, gracias a la televisión escuchan y ven a sus personajes favoritos.
En cuanto a los individuos en particular, los niños junto a las personas de la tercera edad son los televidentes de la actualidad. Ambos poseen menores responsabilidades que un joven o un adulto, y por lo tanto tienen el tiempo suficiente para estar pendiente de las programaciones televisivas. El resto se detiene ante la pantalla en casos particulares como para ver las noticias, alguna película, un programa que ha sido promocionado, un partido de fútbol, alguna serie o novela. En este último target el zapping suele ser poco evidente ya que saben específicamente lo que van a ver.
La creación de la televisión no solo es un descubrimiento o una invención, también consiguió crear nuevas profesiones, nuevas leyes, logró un escape al aburrimiento, fomenta la educación audiovisual, hace que la información sea más oportuna e inmediata y subió de nivel a los comerciantes al dar a conocer desde otra perspectiva sus productos. La televisión invade a la sociedad en general, directa o indirectamente.
Asimismo, este medio de comunicación al establecerse mundialmente consiguió fusionar las culturas, una particularidad que tiene su pro y contra. Por un lado es excelente porque se conoce como es la vida en otros territorios, pero cuando hay exceso de esta, se empiezan a olvidar las raíces y el vocabulario, las actitudes o el pasamiento se dirigen hacia las nociones que muestran los programas. Este factor es común en los niños, muchos de ellos hablan o actúan como lo hacen los personajes de sus comiquitas favoritas.
Como se mencionó al principio, los niños, que serán las nuevas generaciones de cualquier
nación, son afectados diariamente por los programas de televisión. Digo afectados con tal
propiedad porque esa es la realidad, a pesar de que existen canales y comiquitas divididas por
edades, al final todas ellas apuntas a ciertas cosas; la globalización, los mensajes subliminales y
por sobre todo la violencia. Los programas educativos son muy pocos, escasos o inexistentes. Lo
peor es que solo en algunas familias existe el control parental, aquellos padres que se preocupan
por la mente y la vista de sus pequeños, pues hay otros que les da igual si el niño pasa las 24
horas sin parpadear frente a la pantalla. Por otro lado las películas están clasificadas por edades,
sin embargo en algunas culturas les da muy igual que los productores les pongan un límite a sus
espectadores, lo hacen por una razón, y es la violencia. Por ejemplo, a los niños le encanta una
película de Marvel, y varias son solo para mayores de 13 años, pero los padres le ponen a sus
hijos, menores de la edad límite, su súper héroe favorito sin que le interese la magnitud violenta
que se aprecia. Días después se preguntan por qué el niño pelea con sus compañeros en la
escuela.
George Gerber creó la teoría del cultivo, su enfoque fue hacia los medios, el
entretenimiento y cómo a través de la televisión se transforman culturas, se define un sistema, se
narran historias que atraviesan los hogares, pero sobre todo estudió los efectos de los programas
televisivos tienen sobre los receptores, especialmente los efectos violentos en la población
infantil. La investigación fue planteada entre 1970 y 1990. Hoy en día se aprecia su vigencia
pues, a pesar de los años el fin televisivo no ha cambiado, solo evoluciona pero sin variar su
objetivo.
La televisión es poderosa porque enseña perspectiva, cambia ideologías, modifica
culturas, informa y entretienen. Solo se debe saber cómo usarla. Los políticos la manipulan para
obtener masas a su favor, pagan por propaganda que se penetren en el cerebro y logren
transformar opiniones. Los canales de entretenimiento crean muchas veces cosas absurdas que
distraen y dan risa solo para conseguir dinero. Como también hay productores que muestran un
trabajo bien hecho o un avance para la sociedad. En fin sea un propósito bueno, malo, lucrativo o
educativo, la televisión tiene espacio para cada uno y los hogares un rincón reservado para
apreciarlo.
Dibi Torres

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